miércoles, 6 de febrero de 2008

Historia de las Sociedades. El Capitalismo

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HISTORIA DE LAS SOCIEDADES



EL CAPITALISMO

Empieza a desarrollarse un concepto revolucionario que amplia el marco feudal, el concepto de nación, y había dos vías que facilitaron la labor, por una parte el poder real que centralizaba el aparato administrativo ([1]), vaciaba el poder local y de la nobleza y por otro el desarrollo de los parlamentos que habían pasado de ser asambleas de la nobleza a ser asambleas del conjunto de los sectores dominantes incluida la burguesía lógicamente como consecuencia del desarrollo económico de esta.

En Inglaterra este proceso se entremezcla lo que permite la revolución republicana, y la toma del poder por parte de la nobleza aburguesada y la burguesía (1649), y es consolidada después (1688), se llega a un acuerdo entre la alta burguesía (whigs), y la nobleza (tories), para alternarse en el poder (1689), este modelo permitió el desarrollo del capitalismo en Gran Bretaña, mucho antes que en otros lugares, facilitando de paso el desarrollo en el territorio que después serían los Estados Unidos de América.

Como ha ocurrido otras veces a lo largo de la historia y al calor de la revolución, surgen alternativas más radicales que por alguna circunstancia no llegan a triunfar.

En Inglaterra tenemos especialmente dos, los niveladores (leveller) y los cavadores (diggers). Los primeros quieren imponer una revolución más pura que suprimiese la nobleza y una mayor igualdad de derechos políticos, tolerantes en materia religiosa con las organizaciones religiosas independientes (que no reconocían la jerarquía eclesiástica), y se organizaron sobre la base del ejército republicano (Cromwell). Por primera vez buena parte del sector más desposeído de la población se dio cuenta que poseía un poder capaz de romper los esquemas sociales. A través del control de parte del ejército consiguieron imponer "el pacto del pueblo" la primera semiconstitución burguesa. Y los segundos pretendieron imponer un colectivismo agrario, pero su número era muy reducido y al final como también ha ocurrido otras veces, su principal líder (Gerrard Winstanley) terminará de cuáquero ([2]).

La represión posterior, genera una importante emigración hacia América, poniendo una de las bases del sistema político y social en el futuro pueblo fronterizo de Estados Unidos.

En la América española se produce el desarrollo del mercantilismo, durante la segunda mitad del siglo XVII y siglo XVIII, el incremento de una burguesía terrateniente igual que en las otras Américas, pero en estas con un mayor peso del esclavismo (que se convertiría en el negocio más floreciente de la época), prolongado hasta la primera mitad del siglo XIX.

La revolución burguesa elimina el esclavismo, por ejemplo en España se suprime oficialmente en 1820 por un tratado con Inglaterra, aunque en la práctica duro hasta 1840, porqué en el tratado se hicieron muchas excepciones territoriales.

Vemos pues como la burguesía comercial y financiera más o menos matizada por la nobleza toma decisiones de gobierno en Inglaterra y Holanda, sin embargo, las organizaciones profesionales representativas (bancos y compañías de indias), no entraban en fuerte contradicción con la nobleza terrateniente, ya que eran instituciones en la que esta participaba y que forman parte de la estructura del mercantilismo la fase más avanzada del sistema feudal.

El salto cualitativo aparece pues con la burguesía industrial, cuya organización de centros fabriles demanda de mano de obra masiva, rompiendo definitivamente los lazos feudales de los gremios en la artesanía y de la servidumbre en la agricultura. Este es el elemento clave que en Europa generaría la revolución industrial. En el siglo XIX, y también en la segunda mitad del XVIII, la burguesía comienza a desplazar a la nobleza a veces en un largo proceso que por ejemplo en España abarca gran parte del siglo XIX, con hechos significativos, en 1812, 1820, 1835, 1854, 1868 y 1874.

Pero por primera vez en la historia en un país centro de una forma social, el feudalismo absolutista (Francia), se produce una revolución hacia otra forma social, pero poco antes también se producía la misma revolución en un pueblo periférico y fronterizo Estados Unidos, es indudable la influencia de esta sobre la francesa, la reducida nobleza en la América inglesa, permite obtener una revolución cuasi pura, además por la distancia geográfica a salvo de invasiones y guerras contrarrevolucionarias como las ocurridas en Europa en la época napoleónica.

También en el resto de América, se producen movimientos similares, pero la existencia de viejas noblezas terratenientes, las dificulta desde el punto de vista social, unido a las intrigas urdidas desde EE.UU.

El problema de la pureza de la revolución, es un tema importante, porque como se ha demostrado condiciona sobremanera el propio desarrollo de la clase que toma el poder y en consecuencia el carácter de la sociedad que se forma, he aquí una clave diferenciadora entre la burguesía de EE.UU. y la de otros países.

Hay pues cuatro formas principales, de toma de poder por parte de la burguesía, la guerra de liberación nacional (América), la ocupación exterior (Alemania), la sucesión de pequeñas revoluciones que acaban en pacto (España, Inglaterra) y la revolución (Francia), estas cuatro formas parecen en general que se producen en todos los movimientos sociales que implican cambios de clase dominante, aunque también se dan de forma combinada cuando el cambio se produce en diferentes fases.

La revolución francesa, constituye la forma más conocida de toma de poder por parte de la burguesía, a ello se debe en parte la influencia ideológica que represento en el siglo XIX para todo el mundo, eclipsando otras formas de cambio menos espectaculares.

El desarrollo de una forma peculiar de feudalismo absolutista (Ilustración), desarrolla las ideas de la nueva sociedad, haciendo que la revolución francesa, esta directamente influenciada, por los escritos teóricos, de los intelectuales burgueses (Voltaire, Rousseau, etc.). La burguesía francesa espoleada por los cambios producidos en Inglaterra y Holanda, y por su propio desarrollo económico (mercantilismo), se encuentra en un momento determinado, inmersa en una profunda crisis económica y social, esta situación extrema acompañada del profundo nivel de estructuración que había alcanzado la sociedad francesa, favoreció que el cambio se diese de forma tan violenta.

Los movimientos sociales revolucionarios pueden producirse tanto en los territorios periféricos (fronterizos) como en los centros, aunque lo normal históricamente hablando es que se produzca en los periféricos, donde las relaciones sociales menos estrictas permiten el desarrollo de otras formas sociales y al encontrarse la población en peores condiciones económicas con respecto a la población centro ([3]) la induce a tratar de alcanzarla, superarla o destruirla. Esto se agrava si tenemos en cuenta que la sociedad dominante en el centro suele establecer relaciones de dependencia favorables con respecto a las periféricas, manteniendo estas últimas el despilfarro de las primeras que en parte van a parar a los sectores de la población más desfavorecida del centro para mantener la estabilidad social.

Vemos pues en la evolución el paso de la comunidad primitiva, el clan, la tribu, la ciudad, el feudo y la nación como penúltimo marco social, el último no sabemos como será pero es fácil de deducir será en todo el mundo.

Todas las sociedades nuevas en la línea del aumento de la complejidad social, van aportando nuevas organizaciones y modificando las anteriores por ejemplo la burguesía aporta un ejército nacional numeroso (gran armée), una policía permanente, una fuerza paramilitar permanente (gendarmería, guardia civil), una forma básica de represión del delito (la cárcel) ([4]), un tipo de empresa (sociedad anónima), desarrolla el salario, etc., hay también organizaciones que son eliminadas y otras que dejan su huella marcada en la organización que la sustituye.

La burguesía desarrolla también su propio concepto de marco social, la nación, concepto más amplio que el feudo que se basa no en la adhesión a una estirpe determinada, sino en la pertenencia a una unidad social determinada con una identidad cultural común (lengua, leyes, burocracia, etc.).

El proceso contrarrevolucionario que de hecho matizó los avances burgueses, comienza con la liquidación y destrucción de los grupos que propugnaban la aniquilación definitiva de las organizaciones feudales (jacobinos, etc.), en definitiva se impone el modelo burgués que agrupa en su seno a importantes sectores de la nobleza feudal; en definitiva la alta burguesía (comercial y financiera principalmente) ante el temor del pueblo, prefiere aliarse con los sectores feudales que acepten en lo general su modelo de sociedad.

La subida al gobierno de Francia de Napoleón, supone pues el paso lógico, su enorme y rápida expansión se debe a varios factores, especialmente el nuevo tipo de ejército con grandes masas de soldados, y el apoyo a las transformaciones burguesas en todos los países (España, Alemania, Italia, etc.).

El naciente capitalismo industrial necesita expansión territorial a la búsqueda de nuevos mercados y fuentes de materias primas, la expansión comercial- marítima de Inglaterra y de otros países proporciono la acumulación necesaria para la inversión industrial, la expansión francesa se basaba, debido a las condiciones históricas de la época, en una expansión continental, este último elemento primo sobre los otros y esta en el origen del relativo fracaso de la aventura napoleónica, facilitando la aniquilación de las revoluciones más liberales, en aquellos países, donde no se habían consolidado.

Uno de estos países es España, cuyos vaivenes históricos marcan uno de los modelos de desarrollo capitalista. La corona española abarcaba importantísimos territorios en todo el mundo, sin embargo la burguesía estaba poco desarrollada, excepto en algunas zonas de América, como en los virreinatos de la Plata (Buenos Aires) y de Nueva Granada (Caracas) y en algunas ciudades europeas como Cádiz, en la mayor parte de América la lucha antifeudal constituyó de hecho una lucha de liberación nacional, bajo el que se constituyeron las nuevas naciones americanas. En la península, cuando la invasión napoleónica desarticula el estado feudal, la burguesía tiene su primera oportunidad, ya anteriormente, la baja nobleza y algún sector de la burguesía, habían participado en levantamientos en el siglo XVIII, 1754, 1766 (Motín de Esquilache), la represión de la última condujo a numerosas desapariciones de detenidos ([5]).
En España, la nobleza había apostado mayoritariamente por el Estatuto de Bayona de 1807, esta era la expresión española de la sociedad francesa de la época napoleónica, además, de no ser una Constitución, se daba importancia a la nobleza y al clero, cada uno de los cuales tenían la misma importancia que la burguesía en la asamblea constituyente. Las Cortes (parlamento) son elegidas por estamentos ([6]), 25 del clero, 25 de la nobleza, 62 de provincias y colonias, 30 de las ciudades, el Rey elige 15 del comercio y 15 de la Universidad, y de forma parecida se elegía el Senado. Los franceses imponen la supresión del derecho feudal, garantizando el crecimiento del capitalismo, sin embargo la corona sigue contando con amplios poderes ejecutivos con lo que prácticamente monopoliza el poder.

Toda Constitución, no es más que la expresión de la correlación de fuerzas, en un momento dado, hay que recordar, que no todos los ciudadanos tienen derecho de voto, este Estatuto no llega nunca a consolidarse y, además, había una guerra contra los franceses y en consecuencia contra el Estatuto.

El elemento más representativo es la Constitución de 1812. Elaborada por las fuerzas liberales representativas del poder local, el único poder que permanece vivo e independiente, es el principio de soberanía nacional (y no de soberanía popular) es él más importante y supone la aniquilación de la soberanía feudal, con la consiguiente supresión de los privilegios y de las organizaciones a cuya cabeza se encuentra la nobleza. Estos privilegios habían sido incrementados para protegerse de otras organizaciones más dinámicas. Sin embargo, se mantiene la corona, y concede amplios poderes a las Cortes (Congreso), al sistema de elección de diputados e incluso de estos dentro de los propios partidos, fijando exhaustivamente las competencias del Rey, era tal la desconfianza, que la propia Constitución fijaba una posibilidad de reforma, tan complicada que la hacía prácticamente imposible sin el consenso de la mayoría de las organizaciones.

Las organizaciones feudales se habían dividido en dos grupos, aquellos que habían aceptado el Estatuto, como mal menor, y la que se lanzaba a la lucha militar contra el liberalismo, un pequeño grupo se había nucleado en torno a Fernando VII, reconocido como Rey por los liberales. La intervención inglesa y la lucha guerrillera, acabaron con la expulsión de los franceses.

Sin embargo, se restaura el feudalismo absolutista y los liberales tantos los que formaron parte del ejército, como los que habían participado en la guerrilla, fueron ejecutados o encarcelados, las razones son muy simples las organizaciones feudales permanecieron intactas y por lo tanto conservaron su poder, por el contrario las organizaciones burguesas permanecieron prácticamente iguales y en consecuencia la salida del ejército francés, hizo volver a la correlación de fuerzas anterior a la guerra, las modificaciones casi exclusivamente teóricas, fueron eliminadas fácilmente.

Ante esta situación se encadena toda una serie de sublevaciones y levantamientos, durante las dos primeras terceras partes del siglo XIX, el país conoció una infinidad de estos. El carácter individualista de la burguesía, y el espíritu romántico de la época conformaron la situación.

La pérdida de América y en consecuencia de los impuestos, supuso el golpe más duro a la corona, su recuperación era en consecuencia prioritaria. Sin embargo el grueso del ejército simpatiza con las revoluciones liberales americanas. La guerra había transformado las fuerzas armadas, numerosos oficiales y generales habían ascendido durante la guerra ([7]), y el contacto directo con las fuerzas invasoras hace evolucionar a muchos militares, como ocurrió con los decembristas rusos para luchar contra una revolución liberal se disponía de un ejército liberal.

Las tropas que marchaban hacia América, acabaron levantándose (Riego 1820), previamente se habían producido otros levantamientos fracasados, Mina (Pamplona 1814), Porlier (La Coruña 1815), Richart y la conspiración del triángulo (Madrid 1816), Lacy (Barcelona 1817), y Vidal (Valencia 1819), de hecho el levantamiento de Riego también resulta un fracaso, pero por repercusión de este se produjeron otros en el norte y la corona temerosa de una revolución liberal, cede y jura la Constitución de Cádiz. Sin embargo, en sustancia la correlación de fuerzas no había sido modificada y la operación de la corona se podría considerar un repliegue táctico.

Una fracción de los liberales (exaltados) propugna unas reformas más profundas, que sacasen del papel a la Constitución de 1812, se organizan alrededor de sociedades patrióticas (especie de partidos políticos) y comienzan a fomentar organizaciones burguesas (milicia nacional, prensa, etc.), la fracción en el gobierno (moderados) no acepta estas reformas y mantiene la sociedad feudal (con un gobierno teóricamente burgués), lo cual no es una contradicción sino que al contrario situaciones similares se han dado a lo largo de la historia, algunas organizaciones feudales no aceptan ni esta solución, y se producen levantamientos absolutistas, Fernández de Córdoba (Madrid 1822), movimientos guerrilleros (Seo de Urgell, etc.), ante esta situación, la posición de los moderados es dubitativa y da pie a la entrada en España de los llamados “cien mil hijos de San Luis” ([8]) formados básicamente por franceses al mando de Angulema.

El 1 de octubre de 1822 Fernando VII declara ilegales los actos de gobierno realizados bajo la Constitución, la represión llego a tal punto que por primera y única vez en la historia contemporánea europea, se disolvía un ejército (el español) y se alquila por dos millones de francos al mes un ejército francés de 45.000 hombres (9 de febrero de 1824) y dos regimientos de suizos (más adelante tres), también fueron cerradas las academias militares por considerar peligroso aumentar el nivel cultural del ejército y se crea un cuerpo de voluntarios absolutistas.

La represión es tremenda y está dirigida por el confesor del rey, padre Víctor Damián Sáez, el terror asola España, los pocos liberales que logran sobrevivir llegan a Londres primero y después a Francia (1830), la imposibilidad de cambio semi-pacífico queda frustrada, poniendo pie a una violencia que marcara la historia de España durante el siglo XIX, se suceden los golpes liberales, Tarifa (1824), Alicante (1826), Gibraltar, Pirineos, Málaga (1830) y también conservadores Bessieres (1825).

La situación económica con un feudalismo en descomposición y un capitalismo coartado políticamente es desastrosa, apenas quedan organizaciones económicas en pie, y no se empieza a recuperar hasta después de 1830, especialmente en Cataluña (textil). La situación en Europa conduce a cambios en sentido liberal, en este contexto de crisis profunda, especialmente en el campo, (malcontens 1827, Manresa 1828), con un apoyo institucional a las tesis conservadoras, incluida la Iglesia católica, se fortalecen las posiciones más reaccionarias ([9]) dando lugar al Carlismo (1833).

El pretendiente Carlos se autoproclama Rey, comenzando la primera guerra carlista (7 años), contra la Regente María Cristina y las organizaciones conservadoras que le apoyan, se ven necesitadas del apoyo de los liberales moderados (Cea Bermúdez), la culminación de este proceso es el compromiso entre la nobleza moderada (Javier de Burgos) y el liberalismo moderado (Martínez de la Rosa), la plasmación escrita es el Estatuto Real (10 de abril de 1834, este compromiso se refleja en el reparto de poderes, los próceres del reino (nobleza y grandes contribuyentes), la cámara de procuradores (alta burguesía), la primera es de elección real, las competencias de ambas cámaras son mínimas, y la participación del pueblo llano nula, en las primeras elecciones a procuradores ([10]), participaron el 0,15% de la población y en las segundas el 0,06%, hay que tener en cuenta, que para ser elector era necesario disponer de altas rentas.

Por un lado tenemos una entidad muy poco representativa y por otro los carlistas controlan zonas importantes, sobre todo en el norte y el noreste, la milicia nacional (voluntarios liberales), tuvo de asumir tareas militares y se forman juntas locales de carácter liberal.
El levantamiento de los sargentos de la Granja (1836), provoca la restauración de la Constitución de 1812 adaptada, 25 años después en medio de mucha sangre los liberales habían conseguido el derecho a existir, pero aun les quedaba un largo camino, hasta la toma del poder para ello es absolutamente indispensable el crecimiento de la burguesía y de sus organizaciones y sobre todo derrotar a la reacción feudal, agrupada básicamente alrededor del carlismo.

Es en este punto donde se produce el gran desarrollo del capitalismo, en Cataluña el textil, en Vizcaya la siderurgia, en Asturias y Huelva la minería moderna, etc., las transformaciones más importantes, se realizan en la tenencia de la tierra, la desamortización de Mendizábal (1834), supuso el enriquecimiento de las arcas estatales, y la introducción masiva de la burguesía en el campo ([11]) y aparecen las primeras organizaciones presindicales (1840).

Entramos en el proceso de transición que abarca el segundo tercio del siglo XIX. El proceso en el resto de la Europa continental es similar, en Portugal por ejemplo tuvieron sus carlistas particulares (miguelistas), pero al contrario que en España si estuvieron en el gobierno y luego al ser derrotados fueron reprimidos, mientras que en España siguieron en lo fundamental con sus prerrogativas,

En Francia la revolución burguesa había calado tan profundamente, que ya en Febrero de 1848 se produce un gran movimiento revolucionario de matiz más radical que se expande por toda la Europa Occidental, Austria y Alemania (Marzo), y también en España (Madrid, Barcelona, Sevilla y Valencia) participan en este movimiento los primeros socialistas utópicos activos (Blanqui, Blanc, etc.). La represión genera más de 10,000 muertos solo en París y supone la definitiva consolidación de la burguesía, este movimiento es el heredero indirecto de la revolución de 1830. Durante estos 18 años (1830-1848) se van organizando multitud de organizaciones burguesas (Joven Europa, etc.), que iban a protagonizar la historia posterior a 1848, de esa fecha en adelante se van organizando los grandes movimientos, que iban a protagonizar el siglo XX ([12]) y empieza la cuenta atrás para la nobleza en aquellos países donde aun se mantiene en el poder, en España para evitar el contagio del 48 se cierran las fronteras y se deporta a miles de sospechosos.

En España el período que comienza en 1837, es conflictivo porque supone una lucha por el poder, entre la burguesía en ascenso que va generando nuevas organizaciones (empresas) y la nobleza en descenso, la posición de la corona (María Cristina) es bastante clara, nombra jefes de gobierno del partido moderado (nobleza), independientemente de cual fuese la correlación de fuerzas en las Cortes, la corona gobierna al margen del parlamento, en la oposición de forma sistemática los progresistas, incluso cuando con la subida del gobierno de Espartero se aceptan algunas de sus propuestas (1840), entre esta fecha y 1844, se encadenan una serie de golpes y contragolpes, que acaba con la vuelta atrás, o sea, de los gobiernos moderados puros y se emprenden una serie de medidas que perjudican a importantes sectores de la burguesía.

Durante siglos la nobleza había tenido el poder en el campo, y mantenía el orden con sus propios medios, el cambio de situación histórica hace que esta sea incapaz de hacerlo. En consecuencia se crea una guardia rural (Guardia Civil, 1844), emprendiendo un período represivo contra los progresistas, la figura más conocida de la represión es Narváez y como consecuencia de la nueva situación se proclama la Constitución de 1845, más regresiva que la del 37, donde incluso los Ayuntamientos son nombrados por el gobernador, en las elecciones solo voto el 1% de la población, en consecuencia se frena el desarrollo de la burguesía.

La descomposición de la nobleza tiene su expresión más conocida y popular, en la vida amorosa emprendida tanto por la reina madre (María Cristina), como por la reina (Isabel II), que no concordaba con la que oficialmente se preconizaba y que ellas junto a la mayoría de la nobleza eran los primeros a incumplir y ya sabemos que una de las características de la clase en decadencia es el doble discurso moral.

Pero aun la situación se va a derechizar más, la nobleza asentada en el poder gracias a la represión intenta recortar las pocas posibilidades de representación de las organizaciones burguesas, la Constitución y las leyes de 1852, fija el cuerpo electoral en 25.650 personas (para el Congreso), para el Senado y otras instituciones es aun más restrictiva, tan reaccionario era el proyecto que las propias Cortes se opone a él y Bravo Murillo las disuelve.

Las organizaciones burguesas habían crecido enormemente, especialmente en el Norte, Levante, Madrid y Cataluña, ante el temor de una revolución liberal, varios generales moderados se levantan contra esta situación (O'Donell), su escaso éxito convierte al levantamiento en liberal, con lo que se convierte en exitoso, como en el caso de Riego. El compromiso y la ingenuidad supuso el mantenimiento del grueso de las instituciones, por ello en el gobierno estarán representados tanto O'Donell (moderados), como Espartero (progresista tibio), pero cuando se calman los ánimos, las organizaciones reaccionarias vuelven a la carga, y a la situación anterior (1856), por ello tanto la Constitución como algunas leyes no llegaron a fructificar.

Durante los 12 años siguientes se va consolidando el régimen. Tenemos pues una continuidad histórica que marca el grueso del período de formación de la burguesía española, atrayéndose a los sectores más oportunistas y débiles de la burguesía, el incremento de esta propicia el surgimiento del grupo de los Demócratas, que supera por la izquierda a los Progresistas. Este período culmina cuando el sector más reaccionario encabezado por Narváez vuelve al gobierno, produciéndose una época de fuerte violencia (San Daniel, San Gil, etc.), haciéndose insostenible el régimen. Progresistas y Demócratas se unen (pacto de Ostende), formalizándose Juntas en todo el país, se levanta el ejército (Topete, Serrano, etc.) y el régimen se derrumba prácticamente sin lucha (1868), los Progresistas toman la iniciativa (Serrano), y emprenden junto a los demás sectores las reformas necesarias para una sociedad burguesa (sufragio universal masculino, cortes soberanas, etc.), pero la nobleza aburguesada seguía afincada en sus organizaciones y no acepta en su totalidad el régimen burgués luchando contra este. El Rey Amadeo I de Saboya, no consigue la confianza general y dimite, casi todos los cambios reformadores en España han sucedido casi por sorpresa y la proclamación de la I República (11 de febrero de 1873), no podía ser una excepción, pero la derecha sigue conspirando (Martos, carlistas, etc.) y a su vez las diferentes capas de la burguesía van abandonando el gobierno, que al final solo es mantenido por los republicanos federales (Pi i Margall).

La alianza, de las capas burguesas más reaccionarias con los rescoldos de la nobleza, formarían los elementos básicos, sobre los que se construiría la clase dominante en España, en el siglo XIX y XX, la oligarquía financiera y terrateniente que pasa a ser el elemento dominante, sobre la burguesía industrial que queda supeditada a la primera, sobre todo por la falta de consolidación la I República (liberal i federal), que representaba en cierta manera los intereses de las zonas que se habían industrializado.

El grueso de la fuerza de los republicanos federales estaba en Cataluña, la zona más industrializada de España, la rotura del modelo federal y progresista (industrializador) que se dibuja en la Constitución republicana de julio de 1873, pone las bases del conflicto de intereses entre los diferentes modelos de desarrollo económico y social, algunos de ellos mayoritarios en algunas regiones históricas muy importantes socialmente y que intentaran desarrollar su propio modelo, basándose en las características culturales diferenciadas con otras zonas de España.

El naciente movimiento obrero totalmente inexperto y desorganizado se lanza a apoyar las posiciones más radicales de la pequeña burguesía, por ejemplo el movimiento Cantonalista (1873-74) cuya represión (Salmerón), genera una fuerza militar reaccionaria que estaría detrás de los levantamientos de Pavía y Martínez Campos (1874) que restauran la monarquía, hecho similar se produjo 50 años más tarde en Asturias.

La represión subsiguiente encabezada por Cánovas, iba a suponer la configuración definitiva del sistema político, que con variaciones iba a perdurar hasta que la fuerza y organización del movimiento obrero (y su número), modificará la correlación de fuerzas entre las organizaciones sociales. Que en el caso de España ocurriría en el primer tercio del siglo XX, aunque en algunas zonas más industrializadas (Cataluña, Madrid, Valencia y País Vasco) podríamos adelantar algunos años.
Naturalmente en Europa central, Gran Bretaña y América de Norte, el enorme desarrollo de la industria y en consecuencia el incremento del número de trabajadores y de burgueses, supone ya en el último tercio del siglo XIX una presencia significativa del naciente movimiento obrero y del liberalismo. En consecuencia la historia de esas sociedades es bastante diferente a la explicada para España. Si fijásemos la distancia en años sería entre 30 y 70, dependiendo del aspecto a tratar y del país.

En el aspecto técnico es evidente por ejemplo la primera maquina de hilar la “Mule-Jenny” desarrollada en Inglaterra en 1779 llega a Cataluña en 1830, con 51 años de retraso, la distancia se reduce con el ferrocarril, el primero en España [13], la línea Barcelona - Mataró en 1847, “solo” 22 años después de la primera línea mundial Stockton - Darlington.

Pero lógicamente nos interesa centrarnos en las distancias de las estructuras sociales, y como estas van disminuyendo conforme avanza el desarrollo económico cada vez más globalizado. Si nos situamos a finales del siglo XVIII existe un país con un importante desarrollo Gran Bretaña, y otros dos en buenas condiciones, con una importante capacidad económica, Estados Unidos y Francia, en ambos países se había realizado un proceso revolucionario, que puso las base social para alcanzar en pocos años a la Gran Bretaña, diferentes hechos violentos facilitaron el proceso, las revoluciones de 1830 y 1848, en el caso de Francia, la expansión hacia el oeste y la guerra civil 1861-1865 en el caso americano. Algunas sociedades periféricas habían alcanzado a las centrales prácticamente a mitad del siglo XIX, en Alemania donde la unificación del país está unida al desarrollo capitalista llega el alcance en la práctica en 1870, al vencer en la guerra Franco - prusiana.


España, Rusia y otras sociedades seguían siendo periféricas en la sociedad global capitalista, por ejemplo España en esas mismas fechas se continuaba discutiendo el modelo social entre liberales y conservadores, y se iba a proclamar la primera República (1873) y la tercera guerra carlista con asesinatos de políticos importantes incluido.

[1] Es famosa la frase de Luis XIV de Francia, "el estado soy yo".
[2] Igual que Lilburne líder de los niveladores.
[3] Con la que se encuentra en contacto.
[4] De hecho la generaliza a toda la población, ya que anteriormente, estaba reservada para ciertas personas.
[5] Elemento de represión utilizado frecuentemente en países Latinos.
[6] 160 años más tarde, a esto se le llamó “democracia orgánica”.
[7] Como en las guerras napoleónicas.
[8] En realidad 130.000.
[9] Como paso en Alemania, en los años treinta del siglo XX.
[10] Lógicamente este nombre recibían también los diputados del franquismo (1939-1977).
[11] Principal actividad económica de la época.
[12] En enero se publica el Manifiesto Comunista.
[13] Si no contamos el de Cuba.

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