LA GOBERNANZA DEL FUTURO
La gobernanza digital, colaborativa
i abierta
Para definir la gobernanza usaremos la que aparece en la versión castellana
de la Wikipedia, “El término gobernanza viene utilizándose desde la
década de 1990 para designar la eficacia, calidad y buena orientación de
la intervención del Estado,
que proporciona a éste buena parte de su legitimidad en
lo que a veces se define como una "nueva forma de gobernar" en
la globalización del mundo posterior a la
caída del muro de Berlín (1989). También se utiliza
el término gobierno relacional y en muchas ocasiones, la palabra
gobernancia”
Hablar de gobernanza del futuro, es hablar de varios conceptos clave, que
serán desarrollados en un futuro inmediato, digital, colaborativo y abierto.
El mundo que se está creando es un mundo de “aldea global”[1], donde
a pesar de que la tierra contiene más humanos que nunca, la ínterconectividad
nos acerca a la aldea paleolítica, conocemos más que nunca que hacen los
individuos, sobre todo cuando hablamos de grupos pequeños, es un proceso que se
conoce como “retribalización” [2]
En la definición de gobernanza hemos dicho que nos referimos a la
gobernanza de asuntos públicos, pero es evidente que los asuntos públicos no se
pueden separar estrictamente de los privados, cuando hablamos de formas de
hacer las cosas, ya que es casi inevitable la influencia de uno sobre el otro.
Antes este fenómeno solo pasaba en pequeñas localidades, donde todos los
vecinos se conocían, y podíamos hablar de gobierno abierto i colaborativo, el
elemento digital nos permite pasar ese modelo a localidades y países mucho más
grandes, y de hecho eso es lo que está pasando. Es evidente que el facto
digital hace diferente está transformación, y está diferencia deberíamos
tenerla en cuenta.
Ya insistimos en el párrafo anterior que el factor digital es clave, sin la
potenciación de este factor es muy difícil conseguir una gobernanza más abierta
y colaborativa.
El elemento digital ha aportado un crecimiento enorme y exponencial del
conocimiento, este es aprovechado por las grandes corporaciones para aumentar y
mejorar sus negocios, es el conocido BigData, o para hacer negocios en si mismo
como el CloudData, algunos organismos públicos como Hacienda o los Servicios de
Seguridad también se han apuntado y utilizan el elemento digital para mejorar
sus funciones, pero esta utilización no es la que nos interesa destacar, aunque
una buena gobernanza debería de tenerla en cuenta y utilizarla como
complemento.
Otro aspecto a destacar es que la gobernanza no es solo de gobierno a
ciudadanos, sino que también implica, y en muchos casos es más importante,
entre gobierno y empleados del gobierno, y entre empleados, sería absolutamente
incoherente que el mismo tipo de gobernanza no se aplicase a la estructura
organizativa interna del gobierno.
La gobernanza abierta o gobierno abierto es evidentemente más fácil de
implementar en su forma pasiva, es lo que se conoce como Transparencia, o sea
publicar la máxima cantidad de datos posibles por parte del gobierno
responsable, tanto los generados por su propia actuación como los datos del
territorio o las personas sobre el que este gobierno actúa.
La gobernanza abierta en su modo activo evidentemente necesita un retorno
por parte de los ciudadanos, y por lo tanto implica una mayor complejidad, es
lo que se conoce como Participación, en este sentido es imprescindible dedicar
esfuerzos a desarrollar técnicas que permitan el retorno, como por ejemplo, el
Ayuntamiento de Boston tiene en marcha 7 apps sobre diferentes temas algunas
con versión web.[3]
La gobernanza colaborativa no se puede confundir con la participativa, la
colaborativa implica la actuación directa de los ciudadanos, coordinados o no
por el gobierno, eso es precisamente lo que hace que la gobernanza colaborativa
sea vista con mucha reticencia por parte de algunos gobiernos, el ejemplo más
claro son las patrullas de vigilancia, formadas por voluntarios y vecinos, en
algunas zonas. No se es tan reticente cuando la colaboración implica la
limpieza de determinadas zonas o la vigilancia de bosques por ejemplo.
También habría que señalar que en los ámbitos más pequeños de gobernanza,
municipios y similares, es, como el lógico, más fácil implementar la gobernanza
colaborativa y abierta. Y que una forma de avanzar en ámbitos superiores es
hacerlo por sectores de interés.
Como hemos señalado anteriormente, la evolución de la sociedad va en la
misma línea, sociedad digital, colaborativa y abierta, es por ello que la
gobernanza digital, colaborativa y abierta, no es una opción, sino algo
absolutamente necesario e imprescindible. La gobernanza y la sociedad deben
evolucionar en paralelo, y la gobernanza debería de marcar el camino ir por
delante de la sociedad para favorecer el cambio y hacerlo más ordenado y
eficiente, evitando conflictos innecesarios.
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